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La ocupación de George Clifford, Conde de Cumberland, 1598

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13 de junio a 14 de agosto de 1598

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        ”Puerto Rico se había perdido al inglés! Esta fue la noticia que escribió el 11 de agosto de 1598 el gobernador de Cartagena a la Corona, y que resonó por todo el Imperio. Pasaba los datos recibidos en una carta del de Jamaica, informÔndole que a su puerto habían entrado tres navíos ingleses llevando al gobernador de Puerto Rico y a otras 300 personas, soldados, vecinos y mujeres. [i] El gobernador de Cuba también pasó la noticia recibida: Cumberland se había acabado de señorear de todo. [ii] Era la primera vez que el enemigo inglés logró tomar y retener la Isla, aunque temporalmente, y lo hizo el Conde de Cumberland. Los testimonios de diferentes personas, dentro y fuera de la Isla, nos permiten un cuadro mÔs completo de lo que realmente sucedió, y hasta de las posibles razones por las cuales el Conde abandonó la colonia recién tomada para Inglaterra.

        ¿Cómo sucedió que Puerto Rico cayera en manos del inglés? Tenemos acceso a varios relatos: el de Francisco Delgado, que había sido sargento mayor y teniente de gobernador, fechado 27 de julio en Jamaica; [iii] el de García de Valdés, un soldado español tomado en el Cabo de San Vicente, que obtuvo inteligencia enemiga de un inglés católico llamado Thomas, que había sido soldado aventajado en las galeras de España, y ofrece el relato desde la perspectiva invasora; y el de un soldado criollo, Juan Pérez, que participó activamente en ataques tipo guerrilla a las fuerzas inglesas de ocupación, y presentó informaciones al año siguiente en las que contó con el propio SuÔrez Coronel como testigo. AdemÔs, en las informaciones que se generaron desde Jamaica a raíz de la pérdida, en las que Delgado fue testigo, se ofrecieron detalles adicionales sobre las estrategias defensivas españolas. [iv] Finalmente, un oidor de la Audiencia de Santo Domingo, el licenciado AlcÔzar de Villaseñor, se encontraba en la isla, y escribió un relato al rey. [v]


El 12 de abril de 1598 un patache que salĆ­a de LisboaĀ a SanlĆŗcarĀ se encontró con una armadaĀ inglesa en el Cabo de San Vicente con 22 velas, compuesta por ocho navĆ­osĀ de 350 a 500 toneladas, y las demĆ”s de menor tonelaje, en dos escuadras. Fueron tomados por dos lanchasĀ grandes de remos, y llevados a Cumberland, [vi] que decĆ­an haber salido de Plymouth el 6 de marzo. [vii] DespuĆ©s de pasar las islas Canarias, se creyó que los inglesesĀ iban a Brasil. Sin embargo, se dirigĆ­an hacia la Dominica. [viii] AllĆ­ llegaron el primero de junio, [ix] y fueron provistos de aguaĀ y refresco por los indios, e hicieron bohĆ­osĀ para los enfermos. Pasaron a ā€œlas VĆ­rgenes Gordasā€ [x]Ā el 11 de junio, [xi] donde los ingleses hicieron alarde, y hallando 1,200 hombres de combate de mar, que eran 200 menos que los que habĆ­an salido de Inglaterra. Se dirigieron a Puerto Rico, un viaje que tomaba dos dĆ­as. [xii]

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  El lunes, 13 de junio, llegaron a Puerto Rico. La isla estaba gobernada en aquel momento por el capitĆ”n Antonio de Mosquera, quien a su llegada doce meses antes habĆ­a encontrado la Isla azotada por una epidemiaĀ que habĆ­a cobrado la vida de 200 personas; [xiii] vinoĀ acompaƱado por igual nĆŗmero de soldados. [xiv] Reconocido por la CoronaĀ como ā€œtan buen soldadoā€, [xv] uno de los proyectos de Mosquera fue la creación de una cadena para cerrar la entrada del puerto. [xvi] Sin embargo, de haberla podido terminar – cosa que no hizo – de nada le hubiera servido, porque el enemigo no entró a isletaĀ por la bahĆ­a, sino por el este.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  Los inglesesĀ hicieron tierra en la playa de Cangrejos, a cuatro leguas de la ciudad; unas dĆ©cadas antes, este punto habĆ­a sido identificado como ā€œla principal vela, y la mĆ”s importanteā€. [xvii] El Conde y su almirante bajaron a tierra de su barco, el famoso Malice Scourge, [xviii] de donde tomaron, casi como obsequios de bienvenida, naranjas y limones que encontraron en la casa de un guardia que habĆ­a salido a dar noticia de los ingleses. CumberlandĀ a los barcos, dando orden de que todos bajaran a tierra a las 8 de la maƱana, formando escuadras de mosqueteros, arcabucerosĀ y piqueros. Tres negrosĀ de la tierra llegaron hasta ellos y les enseƱaron el caminoĀ al puente, que alcanzaron al dĆ­a siguiente. [xix]Ā 

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  El martes, 14 de junio, amaneció sobre la ciudad la armadaĀ enemiga con 22 velas y lanchas, que echaron en la playa de CangrejosĀ alrededor de 600 hombres con siete banderas. [xx] Marcharon hasta el puente de Aguilar, embistiĆ©ndole desde esa noche hasta el dĆ­a siguiente. [xxi]Ā AllĆ­ encontraron al capitĆ”n BernabĆ© de Sierralta, quien lo tenĆ­a a su cargo, que los resistió, mató 60 ingleses, y destruyó el puente. [xxii] El Conde, que iba en la delantera, recibió un disparo de mosquete que lo tiró al agua, ā€œdonde se mojó y no tuvo mĆ”s daƱo, por ser buenas las armas y no estar hondo el rĆ­oā€. Lo sacaron del agua y lo retiraron al mar, donde se cambió de ropaĀ y tomó refresco, volviendo a tierra armado. [xxiii] Un relato inglĆ©s confirma la solidez del puente y su fuerte como puntos defensivos: they marched down to the bridge, thinking to have entered there, but it was so strong of itself and so well defended by the enemy, that our men were enforced to retreat with the loss of some 20 persons and as many hurt at the least.Ā [xxiv]

Entre tanto, los españoles destruyeron el puente para que el enemigo no pudiera pasar. [xxv] En la versión de Delgado, el Conde fue herido de un picazo después de haber clavado su daga en el puente, y fue sacado del agua por un indio Cabra de la India de Portugal antes de ahogarse [xxvi] (Por informaciones de 1601, el licenciado Antonio Robles fue quien curó a Cumberland de esta herida). [xxvii] 

            A pesar de la fuerte resistencia que encontró el enemigo en el puente de Aguilar, la actitud pusilÔnime del gobernador y las medidas que tomó según progresaba la situación fueron, como poco, pasivas, rozando en la traición. No escuchó las recomendaciones de los militares ni del Obispo. Como veremos, con la justificación de la superioridad numérica inglesa, [xxviii] no permitió acciones ofensivas cuando tuvo la oportunidad, sus instrucciones fueron retroceder y destruir la artillería para evitar que cayera en manos enemigas, y hasta tenía listo un barco para abandonar la isleta. Era como si fuese parte del esquema inglés, permitiéndole tomar con facilidad la ciudad.

Mosquera sustituyó a Sierralta por el exgobernador MenĆ©ndez de ValdĆ©s como cabo de la puente, quien se atrincheró y la defendió, [xxix] hasta que los inglesesĀ se retiraron, habiendo herido o muerto en la refriega como a 24 espaƱoles. [xxx] MenĆ©ndez de ValdĆ©s dejó encomendado el puente a dos soldadosĀ (VillaseƱor reportó que dejó 16 soldados) y salió a caballo hacia la ciudad a pedir al gobernador que se personara en el lugar con la gente de guerra que tenĆ­a. Por su parte, el sargento mayor, Juan de Cubillas, llevó a sus hombres a defender la caleta del Boquerón. Mosquera habrĆ­a respondido – segĆŗn testimonios – que habĆ­a ā€œenviado la orden que se ha de tenerā€, por lo que se entendĆ­a que no reforzarĆ­a la defensa, y permitirĆ­a que el inglĆ©s pasase adelante. [xxxi] Una situación interna de las altas esferas administrativas isleƱas pudo incidir en la descoordinación que caracterizó la defensaĀ espaƱola. Cuando le tocó su juicio de residencia, SuĆ”rez Coronel declaró a MenĆ©ndez de ValdĆ©s y a Sierralta como sus enemigos capitales, lo que los imposibilitaba de ser testigos. ĀæPudieron dejar a un lado sus enemistades para hacer frente comĆŗn a Cumberland? Ā [xxxii]Ā 

Delgado fue inicialmente asignado a defender el reducto de Santa Elena, donde estuvo hasta el miércoles en la noche; luego luchó bajo la bandera del capitÔn Gaspar Troche. Según relató, abandonó el reducto porque el gobernador le ordenó a reventar la artillería o que la tirase al mar, y retirarse al Morro. [xxxiii]

SegĆŗn VillaseƱor, MenĆ©ndez se encontró con el gobernador, que iba a contratacar con 300 hombres al enemigo. Al enterarse que el inglĆ©s habĆ­a tomado el boquerónĀ y se habĆ­a perdido el puente, Mosquera ā€œvinoĀ a llorar en alto, diciendo que habĆ­a perdido su honra, y se retiró al pueblo, y de allĆ­ a la ciudadela y Morroā€. [xxxiv]Ā 

El miĆ©rcoles, 15 de junio, dejando 50 mosqueterosĀ en el puente, CumberlandĀ se retiró dos leguas atrĆ”s y se embarcó en lanchas, llevando la armadaĀ por la parte del ā€œrĆ­oā€ – que realmente serĆ­a la parte mĆ”s llana que separa la caleta del boquerónĀ y la isla grande, en lo que hoy conocemos como El Condado. VillaseƱor relató que tras un periodo donde ambos bandos se tiraban mosquetazos, pero se hacĆ­an poco daƱos; los inglesesĀ tenĆ­an las peƱas por trinchera. [xxxv] AllĆ­, el inglĆ©s hundió un navĆ­o, y atacó la trinchera que estaba en el boquerón con dos piezas de defensa; esta es la trinchera que habĆ­a seƱalado MenĆ©ndez de ValdĆ©s aƱos antes como medida de prevención contra desembarcos por este punto de la isleta. [xxxvi] El inglĆ©s mató tres hombres, incluyendo al artillero, y los demĆ”s se retiraron, abandonando la trinchera.

Sin resistenciaĀ espaƱola, echó su gente en tierra; no lo hubiera hecho de otra manera porque el paso era peligroso y montuoso, ideal para emboscadas. VillaseƱor aƱade que la avanzada inglesa obligó a retirarse a Cubillas y a Troche, con los soldadosĀ y gente que defendĆ­an el paso del enemigo. CumberlandĀ regresó al puente, donde hirió al capitĆ”n Sierralta – un balazo de mosquete en la pierna – [xxxvii] y ganó el fuerte, apoderĆ”ndose de la artillerĆ­a. [xxxviii] SegĆŗn Delgado, el inglĆ©s metió un navĆ­o grande en el boquerón, que se anegó, y con esta artillerĆ­a, atacó el reducto del boquerón, forzando a los espaƱolesĀ a huir. Salieron en lanchasĀ alrededor de 180 hombres, y caminaron hasta el boquerón, apoderĆ”ndose de Ć©l y del puente. [xxxix] En el mapa que se dedicarĆ­a a la hija del Conde posteriormente, se identifica un barco espaƱol defendiendo el puente en la laguna; no aparece en los relatos espaƱoles. [xl]

Como dÔndolo todo por perdido, soldados y vecinos tomaron barcos y cruzaron la bahía hacia Bayamón. [xli] Mientras tanto, Pedro Pantoja tenían cerca del puerto de la ciudad el barco de HernÔn Martín Rosado y Juan Díaz de Santana esperando por el gobernador, y no permitía a los que querían cruzar la bahía hacia la otra banda subir a él. [xlii]

  Los ingleses siguieron marchando una legua hacia la ciudad, sin enfrentar resistencia. Los soldados españoles, estimados en 300, se habían retirado con el gobernador, sus capitanes y SuÔrez Coronel al Morro. Valdés escribió posteriormente que los ingleses iban tan cansados, que con 50 soldados los hubieran podido dominar, pero no lo hicieron. [xliii] En 1599 se mencionaría que los de la compañía vieja, es decir, los 200 que había en la Isla antes de que se enviaran los 200 adicionales con el gobernador Mosquera, huyeron al monte mientras el inglés tenía a los españoles presos en el Morro. No regresarían a la ciudad hasta la llegada del gobernador Mercado. [xliv]

Ā Ā Ā  El jueves, 16 de junio, en la maƱana, el enemigo marchó hacia la ciudad con su gente, banderas y tambores, y la tomó; en la investigación sobre la pĆ©rdida de la Isla, esta fecha serĆ” referida como ā€œcuando el inglĆ©s vinoĀ sobre esta Islaā€. [xlv] AllĆ­ encontró carne, vino y refresco. [xlvi] El Conde repartió a los capitanes en las casasĀ principales, ā€œen las cuales vio 17 cuerpos de guardias con sus banderas enarboladasā€, y tomó para sĆ­ las casas obispales. Los inglesesĀ se atrincheraron en las callesĀ principales, ā€œdejando las casas de la trinchera adentroā€, saliendo hacia el Morro con mĆ”s trincheras, incluyendo una en el monasterioĀ de Santo Domingo, ā€œa tiro de mosquete del Morroā€, y otra en la casa de Juan Ponce de León. Plantó artillerĆ­aĀ tomada a los espaƱolesĀ y sacada de sus navĆ­os, con la cual ā€œnos batió con grandiosa consideración tiempo de 14 o 15 dĆ­asā€. [xlvii]

            Con un tamborilero, el Conde envió mensaje al gobernador para que se rindiera, quien respondió que defendería con la vida el castillo, siguiendo las órdenes de su rey. Entonces, los ingleses se prepararon para batir el Morro. El Conde determinó no hacerlo el sÔbado, aunque estaban listos, por ser día de reposo, y esperó hasta el lunes (día 20 del mes para los españoles). [xlviii]

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  Los espaƱolesĀ mataron tres hombres de un tiro de artillerĆ­a, incluyendo al condestable de los artillerosĀ ingleses. ValdĆ©s declararĆ­a que los espaƱoles tenĆ­an suficiente artillerĆ­a y munición para atacar, y asĆ­ ā€œno quedara cosa en pie, ni ellos se pudiesen atrincherarā€, pero no lo hicieron. ValdĆ©s contabilizó la artillerĆ­a plantada frente al Morro: ocho piezas, cuatro de ellas de bronce, tomadas en la Isla, y cuatro de hierroĀ colado, que sacó de la nao capitana. CumberlandĀ encontró 200 barriles de pólvoraĀ en la ciudad, y balas y carretones, los cuales utilizó durante dos dĆ­as sin gastar un solo barril de la suya. [xlix]

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  Ā Juan PĆ©rez, el mismo soldado criolloĀ que combatió a los inglesesĀ durante el ataque de Drake, se encontraba en la tierra adentro, cuando el capitĆ”n Pedro SuĆ”rezĀ Coronel – el gobernadorĀ que habĆ­a rechazado aquella primera invasión – lo mandó a llamar; desde el Morro, pasó a la plazaĀ de la ciudad y a algunas casasĀ a ver quĆ© hacĆ­a el enemigo, que la tenĆ­a ocupada. Salió a la ciudad con Cristóbal de Gamboa a enfrentarse a uno de los capitanes y al AlmiranteĀ del Conde, que estaban evaluando el reducto de Santa Elena; por ser mĆ”s rĆ”pido, PĆ©rez llegó antes, y le dio tres picazos y prendió al capitĆ”n, pero como Gamboa llegó despuĆ©s, se les escapó el Almirante. Aun despuĆ©s de ocupada la ciudad, estando preso el gobernador, PĆ©rez dirigió esfuerzos de guerrilla, atacando y dando muerte a nueve ingleses que pasaron al ingenioĀ de Pueblo ViejoĀ a buscar bastimentos; de esto se quejaba el Conde en sus cenas. PĆ©rez aceptó que, en sus vigilias, mató a un inglĆ©s en casa de Juana de Acevedo. [l]Ā 

            Pérez pintaba a SuÔrez Coronel como quien verdaderamente tomó las riendas de la defensa, contrario a Mosquera, y le asigna un rol heroico; sin embargo, SuÔrez Coronel mismo escribió a la Corona en 1596 reclamando que tras 40 años de servicio, y su gran victoria contra Drake, no había recibido merced. No recibió ninguna gobernación tras concluir su periodo en la Isla, porque en 1598 se encontraba en ella, y en 1599 en La Española. [li]

Al gobernadorĀ se le reclamó que recibió nuevas desde CanariasĀ sobre las intenciones del Conde veinte dĆ­as antes, por lo que se pudo preparar, pero no lo hizo. [lii]Ā Tanto el ObispoĀ como el MenĆ©ndez de ValdĆ©s, exgobernador, le hacĆ­an recomendaciones, pero no las aceptaba, ni tomaba consejo de sus capitanes. [liii] Pudo preparar el castillo con bastimentos, que se hallaban en el puerto, y no lo hizo, haciendo pasar hambre a los refugiados. Sin embargo, Mosquera abandonó la Fortaleza, ā€œdonde fuera seƱora de ella (la ciudad) y de la mar, y tenĆ­a aguaā€, y se retiró al Morro, donde carecĆ­a de todo.

En lo que parecía una actitud de brazos caídos, negó las peticiones de diferentes soldados que querían realizar ataques en la ciudad. Entre ellos, Pérez pidió 100, porque entendía que no estaba muy fuerte el enemigo. [liv] El capitÔn ArÔn solicitó 150 hombres, que el gobernador le negó; no obstante, salió del Morro por el mar con 50 arcabuceros, se enfrentó a un capitÔn inglés, al cual prendió y llevó al castillo. Tras ser informado, el Conde ofreció a los que estaban adentro que lo dejasen todo, salieran solo con sus vestidos y espadas, y él le daría pasaje al gobernador y a sus soldados. [lv]

Tras quince días de asedio, [lvi] Mosquera aceptó entregar el castillo, lo que hizo el 21 de junio, apenas dos semanas después de la llegada del enemigo. [lvii] Según Delgado, la entrega fue el resultado del hambre que se sufría en el Morro, y justificó la situación señalando que el inglés había puesto lanchas en las bocas de los ríos Bayamón y el paso del cañuelo de Toa, y toda la bahía, impidiendo que les llegaran provisiones. [lviii] Sin embargo, Valdés señaló que el gobernador acababa de recibir bastimentos desde la banda de Bayamón, en dos barcos cargados de carne y casabe, a los que ordenó regresar porque quería entregar el castillo, y conseguir condiciones honrosas para la rendición. Dentro del Morro, Cumberland hallaría mÔs adelante 30 carretas con sus bueyes, muchas pipas de vino y una fragata llena de harinas. [lix] Para Delgado, la razón para la rendición fue el temor de que los soldados españoles que se pasaron al enemigo, incluyendo un lombardero, Lorenzo Flamenco, hubiesen dado relación de la flaqueza del Morro. [lx]

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  Al dĆ­a siguiente de entregar el fuerte, salieron los soldados – 400 segĆŗn LayfieldĀ [lxi] – SuĆ”rez Coronel y el gobernador, y fueron llevados a la FortalezaĀ presos, donde los tuvieron con guardas. Cubillas logró escapar y se fue al monte en busca de su mujer. [lxii] Fueron 260 personas (fuera de los soldados) las que salieron del Morro, la mayorĆ­a, enfermosĀ y llagados. Los tuvieron 17 dĆ­as en la Fortaleza; al gobernador, al capitĆ”n Lanzós y a SuĆ”rez Coronel se les dio por posada la casa del mercaderĀ Juan López Correa.

CumberlandĀ mandó a echar bandos dando tĆ©rmino a los vecinosĀ que habĆ­an huido al campoĀ para que volvieran a la ciudad en 30 dĆ­as, y serĆ­an sacados de la isla. Quienes quisieran quedarse con Ć©l, serĆ­an recibidos y podrĆ­an permanecer, dĆ”ndole de sus hatosĀ y estanciasĀ carneĀ y casabe. Por darles la libertad, los negrosĀ se pasaron a su bando, actuando como guĆ­as y espĆ­as. [lxiii] Cabe seƱalar que Cumberland encontró ā€œgran cantidad de azadas, hachas, puƱales, azadones, almĆ”danas, barras, picos, cuƱas, hojas de hierroĀ y acero para poderlo hacer y municionesĀ para guardarla muchos dĆ­as, que el Rey tenĆ­a para guardia en su almacĆ©n en la dicha ciudadā€¦ā€, que utilizarĆ­a para fortificarla. [lxiv]

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  SegĆŗn PĆ©rez, cuando finalmente fue tomado el MorroĀ con los soldadosĀ y vecinos, Ć©l huyó y se fue a la otra banda del puerto, y cada noche venĆ­a en una canoaĀ y ā€œsacaba los mĆ”s espaƱolesĀ que podĆ­aā€ y los llevaba consigo. Cuando SuĆ”rez Coronel fue tomado por los inglesesĀ para ser llevado a Inglaterra, PĆ©rez entró con otros cuatro vecinos a la casa donde estaba y lo liberó junto a un sobrino y un criado. SegĆŗn un testigo, ā€œā€¦con muchas demajaguas, que sirven en esta tierra de sogas, llegado que hubo a casa de López Correa, ató los palos e hizo como escalera y subió a lo alto Ć©l solo sin que las guardias que habĆ­a lo sintieran, y entró en la casa donde estaba preso el dicho capitĆ”nā€.

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  El capitĆ”n pasó a la tierra adentro, donde juntó gente, pero el enemigo se fue ā€œsabiendo que el dicho capitĆ”n Pedro SuĆ”rezĀ CoronelĀ era huidoā€, y se tomaba por sentado que estaba preparando un ataque con la gente que habĆ­a en los montes, lo que aceleró el abandono de la isla por Cumberland. Contrario a la importancia que dio PĆ©rez al exgobernador, Layfield, que documentó la ocupación y describió la ciudad, se refirió a SuĆ”rez Coronel, que en 1599 tenĆ­a 55 aƱos, [lxv] como un ā€œuna fisionomĆ­a que prometĆ­a un alma honrada por causa de su edad y pocas fuerzas…viejo y enfermoā€. [lxvi]

            El Conde, que comía todas las noches con Mosquera, el capitÔn Lanzós y con SuÔrez Coronel, [lxvii] mandó alistar tres navíos, acompañados de dos barcos de su armada, para enviarlos, a sus soldados y a la gente fuera de Puerto Rico, quedÔndose con el coronel para llevarlo a Inglaterra. Salieron el 18 de julio. [lxviii] Finalmente, dejó un grupo de personas en Cabo de Tiburón y a otras las llevó hasta Jamaica, incluyendo al sargento y alférez Francisco de la Peña, de la compañía del capitÔn Lanzós, que en 1599 se presentó en la corte ante el rey y relató que había sido cautivo y llevado a Inglaterra, donde lo tuvieron preso. [lxix] 

SegĆŗn se especulaba, la elección de JamaicaĀ se debĆ­a a que el Conde tenĆ­a intención de caer sobre ella en 15 dĆ­as. DejarĆ­a como fuerza de ocupación en Puerto RicoĀ seis navĆ­os, ā€œde los peoresā€, y 500 soldadosĀ en la fuerza. PasarĆ­a a la isla Tercera a aguardar los barcosĀ que venĆ­an de la India, y regresarĆ­a a la reina. Entre los inglesesĀ se especulaba que la reina mandarĆ­a a fortalecer la isla, por lo que mandarĆ­an a buscar a sus mujeres. Otros pensaban que viajarĆ­an a Cartagena. [lxx]

             Eventualmente, Cumberland abandonó la isla de Puerto Rico. Sus últimos días en la Isla fueron recogidos en una relación que hizo su capellÔn, John Layfield. [lxxi] No desistió de su empeño por la resistencia que encontró, porque durante el ataque, la estrategia aparente del gobernador Mosquera fue la de retirarse en cada ocasión, y tras la ocupación, sus capitanes, los vecinos, y la gente de guerra y de mar habían sido removidos de la Isla. El factor que provocó el retiro definitivo fue la epidemia de disentería que había afectado a la población local a la que hizo referencia Mosquera dos años antes, que se propagó entre sus tropas y las diezmó.

Layfield reportó que, al llegar en julio, no habían muerto mÔs de 200 personas, pero había el doble de enfermos, sin esperanzas de recuperación, y al final, de cerca de 1,000 hombres, la mayor parte estaba muerta o enferma. [lxxii] Con una perspectiva muy diferente a la aceptada en las fuentes históricas, según Juan Pérez, Cumberland huyó ante el temor que le causó saber que SuÔrez Coronel andaba libre y formaría una fuerza de resistencia en la tierra adentro. [lxxiii]

Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā  Con la Isla, tambiĆ©n se abandonaban – por el momento – los planes de establecer una colonia para la reina Isabel, cuyos sucesores tendrĆ”n que esperar mĆ”s de medio siglo para establecerse permanentemente en las grandes Antillas. [lxxiv]Ā En palabras de uno de sus biógrafos, George Charles Williamson, Cumberland… was an able strategist, and the taking of Porto Rico was a clever display of military tactics, dictated by a man who was all the time in poor health and against great odds; and the after results in no way detracted from the skill with which the enterprise was carried out.Ā [lxxv]

ApoderĆ”ndose de los productos de la tierra que encontró, tambiĆ©n robó del monasterioĀ dominico los ornamentos y aderezos de la iglesia, y hasta las campanas. De la catedral, robó ā€œtodas las campanas, cerrojos, rejas, hizo pedazos los retablos, imĆ”genes, cajones, derribó el coro, robó todo cuanto en la iglesia habĆ­a, libros, ornamentos y demĆ”s cosas del culto divinoā€. [lxxvi] El situadoĀ se salvó porque fue llevado a los montes. [lxxvii] Las nuevas campanas no llegarĆ­an hasta 1600, una de cuatro quintales y medio y otra de cuatro arrobaĀ y media. [lxxviii]

Salió para InglaterraĀ el 14 de agosto de 1598, llegando el 23 de septiembre, tras parar en las Islas AzoresĀ a comprar bastimentos. [lxxix] Por su parte, Mosquera fue reemplazado por real provisión el 26 de diciembre de ese aƱo por Alonso de Mercado, a quien se encargó su enjuiciamiento ā€œpor su culpa y negligencia en la invasión y entrega que se hizo al Conde Jorge de Cumberlandā€. [lxxx]

            AdemÔs de un duro golpe al orgullo español, ¿qué costo tuvo la ocupación de Puerto Rico? Para tener una referencia, en 1588 se estimó el daño que hizo Drake a la catedral de Santo Domingo dos años antes en mÔs de 30,000 ducados. [lxxxi] Según refirió Juan Andrea Doria al rey desde Italia, por inteligencia obtenida a través de los mercaderes ingleses, Cumberland llevó por ganancia a Inglaterra 54 piezas de artillería (Layfield habla de 80), 400 cajas de azúcar, 4,000 cueros y 1,000 quintales de jengibre. La opinión de los comerciantes era que el valor de estos artículos no cubría el gasto que representó la empresa de invasión y ocupación. [lxxxii] 

Al regreso de Cumberland a Londres, un contemporÔneo suyo escribió 

The Earl of CumberlandĀ is come, with some of his ships… All they have done is to take the town and castle of Porto Rico; the Spaniards, knowing of their coming, the property had been removed. All the Earl has brought (chiefly sugar and ginger) is worth but Ā£15,000 or Ā£16,000, not half the charge of the setting out, besides the waste of shipping and loss of 600 men. Some find great fault with the Earl, saying he neglected present profit in hopes of greater matter. [lxxxiii]

Ā 

Entonces, la empresa de Cumberland representó un doble fracaso para la Corona inglesa: como proyecto militar y como negocio. A Mosquera le costó un vergonzoso proceso que cercenó su carrera militar.


[i]Ā ā€œRelación de los sucedido a la Armada del Conde Combarlan desde que pareció en el Cabo de San Vicente hasta que tomó a Puerto Rico y la Fortaleza del Morro, dada por un soldado que se llama GarcĆ­a de ValdĆ©s, que tomó en el dicho Cabo en un patache y lo trajeron hasta el dicho Puerto Rico, de donde lo enviaron con la demĆ”s gente a la isla de Jamaica, y de ella vino a esta ciudad de Cartagena con aviso del sucesoā€. Carta de Pedro de AcuƱa, gobernador de Cartagena. 11 VIII 1598. AGI, SF 38, R.1 N.6.

[ii]Ā Carta de Juan Maldonado Barnuevo, gobernador de La Habana. 12 IX 1598. AGI, SD 99, R.20, N.214.

[iii] Información de Juan de Melgarejo. 1582. AGI, SD 14, N.10, fs-30v-34.  

[iv] Comisión a Alonso de Mercado, Gobernador y capitÔn general de San Juan de Puerto Rico, para proceder en la averiguación de la invasión, pérdida y saqueo de dicha ciudad por el corsario inglés Conde Jorge de Cumberland. 1598. ESC 133C, Pieza 4, fs. 826v-835v.

[v] Carta del licenciado AlcÔzar de Villaseñor al rey en torno al ataque sufrido en San Juan por parte de la armada del Conde de Cumberland, y solicita ayuda. 11 VIII 1598. AGI, SD 70, f.1. Reportó 20 navíos mayores y menores, echando en lanchas y barcas 7 banderas con mÔs de 1,000 hombres. Fecha el evento en martes, 16 de junio.

[vi]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, f.1. En un relato inglĆ©s, se presenta el inventario de embarcaciones inglesas: 4 navĆ­os, 1 pinaza, 1 fragata, 2 barcazas, todas del Conde; otros 11 barcos pertenecientes a mercaderes de Londres. Dr. G.C. Williamson. George, third Earl of Cumberland (1558-1605). His Life and His Voyages a Study from Original Documents (Cambridge: Cambridge University Press, 1920), 179. archive.org/stream/georgethirdearlo00will/georgethirdearlo

Ā Ā Ā  00will_djvu.txt. Capturado el 14 de abril de 2020.

[viii]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, f.1.

[x]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, f.1.

[xii]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, f.1.

[xiii]Ā Carta de Antonio Mosquera, gobernador de Puerto Rico. 13 VI 1597. AGI, SD 155, R.13, N.154.

[xiv]Ā ā€œReal CĆ©dulaā€. Registro: Puerto Rico. 18 XII 1596. AGI, SD 2280, L.3, f.235.

[xv]Ā Consulta del Consejo de Indias. 8 VII 1596. AGI, IND 744, N.19.

[xvi]Ā Carta de Antonio Mosquera, gobernador de Puerto Rico. 13 VI 1597. AGI, SD 155, R.13, N.154.

[xvii]Ā Caja de Puerto Rico. 1554-1573. AGI, CONT 1074, f.308v.

[xviii] timelinesandsoundtracks.blogspot.com/2019/06/red-dragon-1595-timeline.html. ā€œScourge of Malice or Malice Scourge or Mare Scourge was a 38-gun ship ordered by George Clifford, 3rd Earl of Cumberland. She was built and launched at Deptford Dockyard in 1595. The Earl used her as his flagship during raids on the Spanish Main, where she provided additional force to support his fleet. She was later renamed Red Dragonā€.

[xix]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, fs. 1-2v.

[xx] Carta del licenciado AlcÔzar de Villaseñor, f.1.  

[xxi]Ā ā€œRelación de lo sucedido en la ciudad de Puerto Rico y toma de ella por el Conde Comorlan, inglĆ©s, y de lo demĆ”s sucedido, segĆŗn la relación que da Francisco Delgado, vecino de la dicha isla de Puerto Rico, y de otras muchas personas, es la siguienteā€. Carta de Pedro de AcuƱa, gobernador de Cartagena. 11 VIII 1598. AGI, SF 38, R.1, N.6, f.1.

[xxii]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, fs. 1-2v. El papel heroico de Sierralta es particularmente interesante, porque en 1595 el gobernador SuĆ”rez Coronel se quejó al rey por aceptarle hacer información, cuando Ć©l lo habĆ­a echado de la ciudad y enviado a la Corte ā€œporque no cumplĆ­a al servicioĀ de Dios y de Vuestra Majestad en estas partesā€; lo mismo dijo de MenĆ©ndez de ValdĆ©s. Carta de Pedro SuĆ”rez Coronel, gobernador de Puerto Rico. 19 XII 1595. AGI, SD 155, R.12, N.148, f.3.

[xxiii] En un relato inglés, la persona que lo sacó del agua, evitando que se ahogara, fue el capitÔn Hercules Foljambe. Williamson, George, third Earl of Cumberland, 178, 191. 

[xxiv] Hertfordshire County Council. Ref: DE/Lw/F74. Account of the 9th, 10th and 11th voyages of the Earl of Cumberland and his exploits at Porto Rico. También, Williamson, George, Third Earl of Cumberland, 183 (transcripción).

[xxv]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, fs. 1-2v.

[xxvi]Ā ā€œRelación de Francisco Delgadoā€, f.1.

[xxvii]Ā Carta de Alonso de Mercado, gobernador de Puerto Rico. 8 X 1601. AGI, SD 155, R.14, N.162.

[xxviii] Comisión a Alonso de Mercado..., f.833.

[xxix] Comisión a Alonso de Mercado..., f.829.

[xxx]Ā ā€œRelación de Francisco Delgado, f.1.

[xxxi] Comisión a Alonso de Mercado..., fs. 829v-830.  

[xxxii] Carta de Pedro SuÔrez Coronel, gobernador de Puerto Rico. 10 VIII 1596. AGI, SD 155, R.12, N.152.

[xxxiii] Comisión a Alonso de Mercado..., fs. 828v, 831v, 832.

[xxxiv] Carta del licenciado AlcÔzar de Villaseñor, fs. 1v-2.  

[xxxv]Ā IbĆ­d, f.1v.Ā 

[xxxvi]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, f.1v. En el relato de VillaseƱor, desde el navĆ­o se disparó una pieza, tres veces, al reducto del Boquerón.

[xxxvii]Ā Carta del licenciado AlcĆ”zar de VillaseƱor, f.1. AƱade que, de la herida, ā€œvino a morir en el campoā€.

[xxxviii]Ā ā€œRelación GarcĆ­a ValdĆ©sā€, fs. 1-2v.

[xxxix] Comisión a Alonso de Mercado..., f.830v.

[xl]Ā Williamson, George, Third Earl of Cumberland (1558-1605), 191.

[xli]Ā ā€œRelación de Francisco Delgadoā€, f.1.

[xlii] Comisión a Alonso de Mercado..., f.830v.

[xliii]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, f.1v.

[xliv]Ā Registro: Puerto Rico. 1572-1604. AGI, SD 2280, L.4, fs. 56-56v.

[xlv] Comisión a Alonso de Mercado..., f.585v.

[xlvi]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, f.1v.

[xlvii]Ā ā€œRelación de Francisco Delgadoā€, f.1v.

[xlviii]Ā Layfield, ā€œRelación del viaje a Puerto Ricoā€¦ā€,Ā 137.

[xlix]Ā ā€œRelación GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, f.2.

[l] Informaciones: Juan Pérez. 1599. AGI, SD 15, N.47, fs. 1-15.

[li] Carta de Pedro SuÔrez Coronel, gobernador de Puerto Rico. 30 IX 1596. AGI, SD 155, R.12, N.151.

[lii]Ā IbĆ­d., fs. 1-2v.

[liii] Comisión a Alonso de Mercado..., f.585.

[liv] Informaciones: Juan Pérez, f.2v.

[lv]Ā IbĆ­d., fs. 1-2v.

[lvi] Carta del licenciado AlcÔzar de Villaseñor, f.2.  

[lviii]Ā ā€œRelación de Francisco Delgadoā€, f.1v.

[lix]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, fs. 1-2v.

[lx]Ā ā€œRelación de Francisco Delgadoā€, f.2.

[lxi]Ā Layfield, ā€œRelación del viaje a Puerto Ricoā€¦ā€, 140.

[lxii]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, fs. 1-2v.

[lxiii]Ā ā€œRelación de Francisco Delgadoā€, f.2.

[lxiv]Ā IbĆ­d.Ā 

[lxv] Informaciones: Juan Pérez, f.5v.

[lxvi]Ā Santiago y DĆ­az, Documentos bĆ”sicos…, 70.

[lxvii] Ibíd., f.2v. Comisión a Alonso de Mercado..., f.834.

[lxviii] Carta del licenciado AlcÔzar de Villaseñor, f.2. Presenta numerosas razones para responsabilizar a Mosquera de la pérdida.

[lxix]Ā Registro: Puerto Rico. 1567-1604. AGI, SD 2280, L.3, f.264. PedĆ­a se le pagaran sus sueldos.Ā ā€œRelación de Francisco Delgadoā€, fs. 1-2v. ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, f.2v.

[lxx]Ā ā€œRelación de GarcĆ­a de ValdĆ©sā€, f.2v.

[lxxi] Santiago y Díaz, Documentos bÔsicos para el estudio de la historia de Puerto Rico, 69.

[lxxii]Ā Layfield, ā€œRelación del viaje a Puerto RicoĀ de George Clifford, Conde de Cumberlandā€, 145. Williamson relata que el Conde necesitaba 500 hombres para retener la Isla, pero la Ć©poca era la mĆ”s insalubre del aƱo, con lluvias y sol ardiente, que provocaron la disenterĆ­a entre los soldados (ignora que ya la ciudad estaba enfrentando esta epidemia desde antes). A principios de julio, habĆ­an muerto 200 y sobre 400 estaban enfermos, la mayorĆ­a en condiciones que no podĆ­an ni subir a los barcos. George, Third Earl of Cumberland (1558-1605), 194.

[lxxiii] Informaciones: Juan Pérez, f.40.

[lxxiv]Ā Morales Carrión, Puerto Rico y la lucha por la hegemonĆ­a en el Caribe, 48-49. En la relación de Layfield se establece que salieron el 4 de agosto, no el 14. Santiago y DĆ­az, Documentos bĆ”sicos…, 71. En el primer cuarto del siglo XVII, tanto ingleses como franceses logran establecerse de manera permanente en las Antillas Menores, consideradas por los espaƱoles ā€œislas inĆŗtilesā€ por la ausencia de oro en ellas.

[lxxv]Ā Williamson. George, Third Earl of Cumberland (1558-1605), 188.

[lxxvi]Ā Carta del cabildo de la Catedral de San Juan. 30 XII 1598. AGI, SD 174, R.2, f.1.

[lxxvii]Ā Carta de Alonso de Mercado, gobernador de Puerto Rico. 5 V 1599. AGI, SD 155, R.14 N.156, f.1.

[lxxviii]Ā Registro del navĆ­o Santa Ana. 1600. AGI, CT 1134, N.8, f.30.

[lxxix] Morales Carrión, Puerto Rico y la lucha por la hegemonía en el Caribe, 48-49. 

[lxxx] Puerto Rico. 26 XII 1598. AGI, SD 2280, L.3, f.246. Comisiones de la gobernación de Puerto Rico. 1598 AGI, ESC 134A.

[lxxxi] Registro: isla Española. 1583-1596. AGI, SD 900, L.5, f.78.

[lxxxii] Carta de Juan Andrea Doria, príncipe de Melfi, a Felipe III, rey de España, sobre las ganancias que tuvo la armada inglesa que tomó Puerto Rico según noticias de mercaderes. 8 X 1598. AGS, EST, LEG 1429, 270.

[lxxxiii]Ā Williamson. George, Third Earl of Cumberland (1558-1605), 205.

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